FRANCISCO IGARTUA
EDITORIAL "CASTIGO PARA LOS
CULPABLES"
Oiga 14/06/1963
SOLO unos aventureros han podido
ser capaces de planear y realizar el cambio de paquetes con cédulas electorales
por otros de papeles en blanco en algunas zonas de Ancash y Cajamarca.
Afortunadamente, la estúpida maniobra no tuvo éxito, aunque, cualquiera que
hubiese sido el resultado en dichas circunscripciones, de de consumarse el
delito, no habría variado el triunfo de Belaunde Terry. Se intentó, pues, obrar
contra la voluntad popular y la ley debe castigar drásticamente ese designio
cuando la identidad de los responsables sea debidamente establecida. Sean
quienes fueren los delincuentes, es preciso escarmentar en ellos la comisión de
actos dirigidos a silenciar a la ciudadanía y crear, por consiguiente, el caos
y la disolución, fines que persiguen, por ambición incontrolada y enfermiza,
algunos elementos enemigos de la institucionalización democrática del Perú.
Cabe destacar, al mismo tiempo
que la necesidad de penar sin indulgencia a los culpables, la celeridad,
eficacia y diligente acción del Jurado Nacional de Elecciones que, mediante la
colaboración de la Fuerza Aérea, pudo subsanar absolutamente las dificultades
creadas por el burdo trueque. Gracias a esa rápida actividad el peligro de la
posible anulación de todo el proceso y la consecuente crisis política que era
presumible quedaron conjurados. Pero cabe interrogarse, ¿qué efectos
desastrosos hubiera causado el éxito de la aventura? ¿Quién se proponía pescar
en ese río revuelto? El país aguarda que la justicia revele a los sórdidos
traficantes del desorden.
Ha pasado -lo creemos
sinceramente- la época nefasta en que el famoso "cambiazo" de urnas o
actas, o la retención de cédulas, o la intimidación del poderoso, convertían el
acto eleccionario en una farsa. Los autores de la sustitución de cédulas de
algunos distritos de Ancash y Cajamarca son residuos de esos tiempos. Acabar
con ellos, merced a la sanción ejemplar, es urgente. La elevación de una
minuciosa y enérgica denuncia por parte del Poder Electoral a los tribunales
competentes del caso debe ser continuada por una investigación que no tenga
causa ni consideraciones a ejecutorias, jerarquías, apellidos o situaciones en
la imputación de la culpabilidad, una vez esté debidamente probada. Queremos
creer que el Poder Judicial obrará en este caso con el mismo celo que el Jurado
Nacional de Elecciones, ya que es interés primordial de quienes velan por el
cumplimiento de la ley que la ley no sea ese texto "que se acata pero no
se cumple" que hizo célebres en el Perú a tantos arribistas y
privilegiados.